Hacía tiempo que quería hacer este pollo coreano, lo he visto varias veces en algunos restaurantes y siempre lo quería pedir y no me atrevía por si era excesivaemente picante, así que decidí hacerlo en mi casa para moderar el tema pique. Tengo otra recetea de hace un tiempo y que me encanta que es el bulgogi coreano (os dejo aquí la receta). El pollo siempre me gusta porque admite mil preparaciones diferentes y creo que ninguna mala, con especias, al horno (mirad esta receta de Jamie Oliver), frito, guisado con verduras...siempre me encanta, incluso como este picante y frito, una delicia de verdad.
Muy sencilla esta receta de pollo, sin nada de complicación, es verdad, que las cosas fritas por razones obvias intento hacerlas lo más espaciadas posibles, pero en esta ocasión lo tenía todo y me decidí, además tenía invitados que sabía (porque lo pregunté) si les gustaba el picante, así no había problema de sorpresas de última hora y acabar preparando a los pobres invitados unos huevos con arroz...que tampoco hubiesen estado mal en caso de necesidad urgente de llenar su plato con algo que no fuera mi pollo coreano picante, menos exótico desde luego, pero por lo menos iban a comer algo.
Ingredientes
Leche (para remojar el pollo)
2 Pechugas de pollo en trozos (sin hueso)
Sal
Pimienta negra
4 o 5 Dientes de ajo (medianos)
Aceite de girasol para freír el pollo
Pasta para rebozar
2 Huevos
5 Cucharadas de harina
2 Cucharadas de maicena (almidón de maíz)
2 Cucharadas de curry en polvo
Leche o agua para aligerar la masa (como se ve en la imagen inferior)
Salsa para el pollo picante coreano
2 Cucharadas de Vinagre de manzana
10 cucharadas de ketchup
4 cucharadas de miel
1 cucharada de aceite de sésamo (o de aceite de girasol)
5 cucharadas de Salsa soja
4 cucharadas de vino de arroz o vino blanco (para aligerar un poco la salsa)
Picante
1 cucharada de pasta de ají coreano picante (probar antes).
Se puede comprar en tiendas orientales o cualquier otro ingrediente que os parezca que le dé el picante que os guste, wasabi, guindilla, pimentón picante, harissa, etc. Lo ideal es desde luego el coreano para que sea más auténtico.
Preparación
Se corta la pechuga de pollo en trozos mediano, tamaño casi de un bocado.
Se sumergen en leche unas horas (yo los dejé 4 horas) y se tira la leche.
Se lavan bien los trozos de pollo y se secan.
Se les pone sal y pimienta. No mucha sal pues la salsa soja sala bastante.
Hacemos la masa para rebozar.
Mezclamos todos los ingredientes de la masa y si hiciese falta se agrega leche o agua para hacerla más líquida.
Rebozamos por esta masa los trozos de pollo y los vamos friendo en aceite de girasol caliente aunque no demasiado.
Cuando los veamos con algo de color los vamos apartando hasta tener todos los trozos fritos. Es mejor freír en poca cantidad así el aceite no se enfriará demasiado.
Cuando los tengamos todos listos, hacemos la salsa.
Aquí es el momento de rectificar el picante, añadiendo más cantidad o menos.
Echamos todos los ingredientes en un recipiente y mezclamos bien la salsa.
En una sartén amplia y de hierro fundido a poder ser y cuando esté muy caliente (sin nada en ella) añadimos los trozos de pollo y le picamos los dientes de ajo (podéis ver la imagen inferior). Le damos unas vueltas y añadimos la salsa por encima, removiendo bien para que todos las piezas de pollo queden impregnadas en la salsa. Tapamos la sartén (con papel de aluminio si no tenéis tapa) y lo dejaís unos 4 minutos a fuego bajo hasta que el pollo se vea bien hecho.
Nada más, listo ya nuestro exquisito pollo frito coreano picante, estas aves tan buenas, tan sanas y por lo general tan sosas, pero para esos eso estamos nosotros para ponerlos a tono. Un plato que de verdad está buenísimo.
Hace mucho tiempo que quería hacer esta maravilla de bizcocho o coca de cuarto como se llama en las islas Baleares, esta en concreto es de la preciosa isla de Mallorca, se conoce esta receta desde el Siglo XVIII, no lleva levadura ninguna, solo los huevos bien batidos y unas claras casi merengue, azúcar y la fécula de patata, creo que siempre cuando las recetas perduran es porque son definitivamente buenas, independientemente que te gusten más o menos, en este caso es un bizcocho epectacular, casi algodón, una cosa de verdad que sorprende. Esta coca de cuarto mallorquina es ideal para acompañar chocolate caliente en invierno y en verano un helado, ¿os imagináis unas bolas de helado de chocolate con esta coca de cuarto? Yo prefiero no imaginarlo.
He visto que algunas veces la hacen a falta de fécula de patata, con almidón de maíz, maicena, no sé exactamente la diferencia de sabor, esta es la segunda vez que la hago y siempre la he hecho con fécula de patata, que siempre tengo en mi despensa, como dice una amiga, "¡Patty, no me digas que esencia de vainilla o gelatina en polvo o fécula de patata es normal que la gente las tengan en sus despensas!", quizá tenga razón; pero yo sí tengo estas "cosas raras" como dice ella y el motivo principal es porque en concreto hay mucha repostería italiana que se hace con fécula de patata, os dejoaquí las galletas"canestrelli". Esta marca de fécula la compro en los hebolarios o directamente en las tiendas Santiveri.
Esta coca de cuarto es ideal para los intolerantes al glutén, está libre completamente y es apta para celíacos. Otra cosa importante al día siguiente seguía igual de tierna, casi algodón y no es exageración, ya me contaréis si la preparáis, una maravilla.
Ingredientes
8 Huevos (medianos)
180 gramos de Azúcar glas
(y unos gramos más para luego espolvorear por encima)
165 gramos de Fécula de patata (Santiveri)
Preparación
Los huevos deben estar a temperatura ambiente para que monten bien.
Encndemos el horno arriba y abajo sin ventilación a 165/170 grados.
Se baten las claras hasta que monten como un merengue, imagen izquierda.
Las yemas se mezlcan con el azúcar y se baten hasta que se conviertan en una crema. Ver imagen inferior de la derecha.
Se añade la fécula de patata con la crema de los huevos con el azúcar (ya batida).
Se hace con unas varillas de repostería o en una amasadora a velocidad suave.
Se echa el merengue y lo vamos uniendo con una lengua de repostería, este paso hay que hacerlo muy suavemente y poco a poco para que no bajen las claras.
Encamisamos el molde (mantequilla y harina) y le ponemos papel vegetal en la parte inferior para desmoldarlo fácilmente.
Introducimos el molde o moldes, si son pequeños y los dejamos en el horno hasta que los veamos dorados.
Aproximadamente son unos 35 minutos hasta que se dore, (dependiendo de los hornos de cada uno, eso ya se sabe que es un mundo, cada cual conoce el suyo)
Cuando esté hecho se saca y se deja un poco enfríar.
Se espolvorea de azúcar glas y listo y terminado.
Esta coca se puede hacer en molde rectangular y luego cortarla en trozos cuadrados pequeños oo bien ponerlos en papeles tipo a los que se utilizan para los sobaos pasiegos. Os dejo un enlace para hacer estos moldes de papel.
Sed felices y probad hacer cosas sanas, ricas y tradicionales.
No sé que me ha dado por hacer aperitivos si luego no me los como o bueno, solo pruebo uno y listo, en fin, esas cosas extrañas que hacemos los humanos para mortificarnos de vez en cuando por culpa de las dietas. La verdad es que las he preparado para probar si me gustaban y si son realizables para cuando tenga en verano más gente en casa o para alguna tarde de esas que se han estirado casi hasta la cena desde el mediodía, que pasa muchas veces, con los amigos siempre se está fenomenal y no es plan de echarlos, mientras hayan risas, charlas, algún vinito y algo para picar, ¿qué más queremos?.
Este aperitivo de croquetas cuadradas rellenas con jamón y queso seguro que me va a sacar de más de un apuro y creo que a los pequeños de la casa les vaa gustar mucho. Los vi en el blog "Y con tu pan te lo comas" (entrad de visita) y me volví loca por hacerlos y poder probarlos, es un bocadito delicioso, además de mono, económico y apetecible, ¡ah! y una vez empanados se pueden congelar para eso mismo, para sacarnos de un apuro cuando llegan visitas imprevistas o gente que está tan a gusto en casa que no los echas ni con agua caliente, nosotros a veces también nos "apalancamos" en casa de los amigos y nos dan las tantas, así que no me voy a hacer la buena y no me voy a quejar tanto. Vivan los aperitivos que nos sacan de apuros
Ingredientes Mi Tupperware es de un tamaño como 20 x 12 y me salieron 21 unidades
4 o 5 Lonchas de jamón de York (no cortado demasiado fino)
6 Lonchas de queso de sandwich o de cualquiera que os guste (¡mucho queso!)
Salsa Besamel
(Receta de la Escuela de Hostelería de Cádiz)
1/2 Litro de Leche
2 Cucharadas soperas de harina (colmas)
50 gramos de Mantequilla
1 Puerro pequeño (solo la parte blanca)
Una pizca de sal fina
Una pizca de Nuez moscada
Rebozado
2 Cucharadas rasas de Harina
Pan rallado fino o Panko japonés
2 Huevos (pequeños o 1 grande)
Aceite de oliva virgen (para freírlos)
Preparación
Lo primero es poner la mantequilla en una sartén amplia y cuando se haya derretido, añadir la parte blanca del puerro cortado muy pequeño.
Cuando el puerro esté transparente añadimos la harina y removemos unos segundos y se deja cocinar la harina un minuto más para que no sepa a crudo.
Se va añadiendo la leche templada o fría y se deja sin remover hasta que se haya calentado un poco y no haga grumos, en cuanto se haya templado la leche se remueve y se sigue añadiendo más cantidad de leche, siempre poco a poco.
Ponemos la pizca de sal y de nuez moscada.
Seguimos revolviendo hasta que esté al punto que nos guste de espesor.
Cuando se vaya despegando de la sartén ya está lista para usar.
En un recipiente rectangular forrado con papel film, echamos la mitad de la besamel. A mí se me olvidó y tuve que quitar la besamel, lavar el Tupper y poner el film y volver a echarlo. Por las prisillas.
Encima de la capa de besamel ponemos: el jamón de york cortado no demasiado finoy las lonchas de queso de sandwich. (Se puede usar el queso que más os guste, un buen queso de cabra quedaría muy bueno también).
Se vierte la otra parte de la besamel y se cubre completamente. Se alisa un poco.
Se mete en el frigorífico y se deja enfriar completamente o mejor de un día para otro.
Una vez fría la masa se vuelca sobre una bandeja y se corta en porciones cuadradas (más o menos).
Se baten los huevos y se pasan muy ligeramente por harina, se sacuden con un colador para quitar el sobrante y se pasan por el huevo batido y el pan rallado o panko japonés.
Se fríen en aceite muy caliente, yo siempre estas cosas pequeñas la hago en olla, mejor que en sartén, gasto menos aceite y las controlo mejor pues quedan casi sumergidas y se doran por igual.
NOTA: Se deben freír estando la masa muy fría para que no se abran cuando estén en el aceite caliente.
En la primera imagen, friendo el puerro en la mantequilla, añadimos luego la harina, cocinándola bien para que no nos sepa a crudo la harina y añadimos la leche hasta tener el punto que más nos guste o necesitemos de espesor. Echamos la primera capa de salsa besamel sobre el recipiente forrado con papel film, luego las lonchas de jamón de york.
Seguimos con las lonchas de queso y la segunda capa de salsa besamel. Cuando esté fría la masa cortamos las porciones. Mejor de un día para otro, hice la masa la noche anterior a freírlas.
Cortamos las piezas, os recomiendo mojar el cuchillo en agua fría entre corte y corte para que no se quede pegado al cuchillo. Lo recomiendo porque me pasó a mí y me acordé. Consejos vendo y para mí no tengo...ja ja ja. Este refranero español no tiene límites.
Luego solo rebozamos por harina (muy poca), huevo, pan rallado o panko japonés, freímos y listo. Un bocadito maravilloso de verdad, además como son pequeños da doble gusto porque te puedes comer dos sin el doble de remordimiento, como si fuese uno solo... aquí el que no se consuela es porque no quiere.
Nada más, espero que os haya gustado la receta que le he "robado" a Nuria de su blog, que (os he dejado arriba del todo el enlace) a nosotros nos ha encantado. Estos caerán en verano seguro, seguro.
Sed felices y probad hacer aperitivos monos y de esos que te quitan de las manos... ja ja
No pude elegir nada que no fuese tan vasco como una merluza, un pescado que según el chef Pedro Subijana es tan poco cocinado y en general poco apreciado fuera de España y, uno de los platos estrella en cualquier casa o restaurante vasco. Creo que es de los pocos pescados que me gusta junto al lenguado, reconozco que soy poco "pescadera", debe ser mi sangre argentina y que cuando tengo que escoger siempre o casi siempre prefiera otra cosa; aunque claro que está permanentemente en nuestro menú por razones obvias, por dieta, por sano, sin grasa y sobre todo muy versátil para prepararlo de mil maneras, a esto le pasa como por ejemplo, a la carne de pollo que se hace de mil maneras y siempre está tan rico, del precio prefiero no hablar ni comparar, ¿para qué? si ya sabemos de sobra lo que pagamos por una buena merluza.
Este mes la propuesta del blog Cooking the Chef (os dejo aquí todos los platos que participan con las recetas de Pedro Subijana) ha sido de un chef muy querido por la audiencia en general ya que ha participado en miles de programas de televisión y no es exageración y por ser además una columna importantísima de la nueva cocina vasca y muy conocido por su restaurante Akelarre con tres estrellas Michelin. Os dejo el
vídeo completo para que veáis qué maravilla hace con la merluza, junto a otro chef, José Andrés. A la receta yo no he puesto ni el polvo de mejillón (que debe ser una cosa impresionante) ni las vieiras; pero a pesar de ello ha quedado delicioso.
Os cuento la casualidad, que a veces Murphy y su ley no está atento a fastidiar y cuando me entero que el siguiente chef a cocinar es nuestro querido Pedro Subijana, vasco, nacido en San Sebastián y uno de los creadores de la "nueva cocina vasca" junto con el otro gran chef, José María Arzak, total, me entusiasmé y empecé a mirar algunas de sus recetas y vídeos y ¡zas!... me encontré con su receta de merluza en salsa verde y yo con lomos de merluza fresca de pincho de quitar el sentido en mi frigorífico, así que la elección fue mucho más sencillo de lo que hubiese pensado, solo tuve que comprar los mejillones y las gambas frescas. En el logo de Cooking the Chef os dejo el enlace a todos nuestros platos.
Ingredientes
1,200 gramos de Merluza
Mejillones
Gambas frescas (medianas)
Agua (de mar el chef, yo mineral)
Perejil fresco
Sal
1 hoja de Laurel
5 Dientes de ajo
(2 para el fumet, 3 para la salsa)
Aceite de oliva virgen extra
Una pizca de Pimienta negra
Una copa de Txakolí o vino blanco seco
Preparación
Se limpia bien la merluza y se abren en lomos o se pide al pescadero que la abra y le quite las escamas.
Los trozos de la merluza que no usemos para servir como los lomos, nos servirán para el caldo principal para preparar la base de la salsa.
Este fumet o caldo se debe hacer en unos 15 minutos, nos cuenta Subijana que si lo dejamos más tiempo, las espinas van soltando un sabor no muy bueno. Yo no tenía idea de esto. A partir de ahora los haré así y será más rápido y encima mejor.
Se usa la cabeza, la cola y los trozos que no vayamos a usar para hacer este fumet.
Se limpian bien los mejillones y se echan en una olla amplia, se añaden dos dientes de ajos aplastados y con piel, pimienta negra, perejil una ramita y la hoja de laurel.
Se echa un poco de vino blanco seco y se tapan hasta que se abran los mejillones.
Empezamos la receta de la salsa.
Voy a explicar mejor lo de estos pasos pues he visto por los comentarios que no quedaba muy claro este paso. Son dos pasos de cocción, uno: para el fumet se enharinan los trozos de merluza, tales como cabeza, cola, partes delanteras etc. y se deja hervir el fumet 15 minutos máximo, paso dos: Los lomos no van con harina, solo se pasan por una plancha o sartén con una gota de aceite se colocan sobre ella cuando esté caliente, la piel hacia arriba. Se dejan sobre la plancha un minuto y se introducen en el fumet que ya lo habremos colado y se dejan otros 3 minutos según el chef, yo 5 minutos.
En otra olla limpia se echa un buen chorro de aceite de oliva virgen, tiene que cubrir bien el fondo.
Se laminan los dientes de ajos (dos o tres) muy finos y se enharinan los trozos de merluza que no sean los lomos que nos sirven para el fumet.
En cuanto se pierda el color blanco de los ajos se añaden los trozos de merluza y se van sellando ligeramente y dorando muy poco.
Se añade un chorrito de vino txacolí (vino vasco, usado en muchas preparaciones o de aperitivo o vino blanco seco.
Añadimos agua hasta que cubra todo el pescado. (En la receta original, usan agua de mar filtrada). Yo no compré el agua de mar que se vende en el supermercado de El Corte Inglés y por eso lo hice con agua mineral.
Dejamos hervir este fumet unos 15 minutos.
En la olla donde estaban cociendo los mejillones con el vino, sacamos los mejillones y usaremos este caldo colado usando los filtros de café de tela, dejamos reducir este caldo ya colado y filtrado a la mitad de lo que teníamos.
Echamos un hilo de aceite de oliva virgen con la ayuda de un batidor o varillas, emulsionamos como si estuviésemos haciendo una mayonesa, añadimos más perejil picado.
En una sartén a ser posible de hierro fundido, la pondremos al fuego hasta que se caliente mucho y ahí sellamos los lomos de merluza con la piel hacia arriba y sin harina. Si no os fiais de vuestra sartén echad un poco de aceite de oliva, solo unas gotas para que no se peguen.
Una vez selladas todas las piezas se pasan a la olla de la salsa que acabamos de hacer y se dejan cocinar unos 5 minutos. Según el chef serían 3 minutos, pero en mi caso no estaban hechos del todo.
En este momento añadí las gambas ya peladas y serví todo espolvoreando algo más de perejil picado.
Coloqué por último la merluza con salsa por encima con las gambas y los mejillones.
Servir muy caliente.
Pedro
Subijana nace en San Sebastián el 5 de Noviembre de 1948.Cuenta Pedro que su afición por la cocina le
viene desde pequeño, ya siendo boy scout con los Marianistas montó una pequeña
cocina dónde hizo sus primeros platos públicos.
Se fue a
Madrid para estudiar en la Escuela de Hosteleria, pero al poco tiempo en
Zarautz (San Sebastián), se inauguró La Escuela de Hostelería Euromar regentada por Luís Irizar,
que sería su maestro.
Trabajó en el
Hotel María Cristina de San Sebastián y durante el Servicio Militar fue
cocinero del Gobierno Militar de San Sebastián.
Posteriormente
trabajó en Vitoria, Tolosa, Hernani, Madrid y Estella. En 1974 inicia su
amistad con José Mª Arzak,hasta que en
1975 entró a trabajar enel restaurante
Akelarre, del que es propietario hoy en día.
Junto a Arzak
hicieron un stage en el restaurante de Paul Bocuse, en Lyon,de 2 meses para profundizar en la Nouvelle
Cuisine. De ahí y de mano de sus más ilustres cocineros, Arzak y Subijana,nació el movimiento “Nueva Cocina Vasca” que trató de universalizar esta cocina
vasca sin perder su esencia y filosofía. Lo más importante es que se creó un
grupo de cocineros vascos unidos y que trabajaron en equipo para conseguir esas
premisas, dejando de lado individualidades por un objetivo común. Se inició
pues una revolución dando lugar a un prestigio de la cocina vasca internacional
y un número elevado de cocineros premiados y renombrados.
En 1978 su restaurante Akelarre (os dejo el enlace a su web) consigue su primera estrella Michelin y en 1983 la segunda.
En 1984 la
revista Club de Gourmets le concedió el premio Mejor Cocinero del Año.
Ha publicado
muchos libros sobre recetas y junto con otros cocineros lucha por el
reconocimiento universitario de una Escuela de Cocina en San Sebastián.
Tras un
crecimiento creativo pero sin abandonar sus raíces vascas espectacularde Akelarre, en 2007 recibe la tercera
estrella Michelin. Como
divulgador además de en las escuelas de hostelería de nuestro país se suman las
clases que ha dado en Europa y América.
Ha publicado
más de una docena de libros de 1992 y protagoniza el programa de Euskal
Telebista, La Cocina de Pedro Subijana, con más de 1.400 emisiones.
Nada más, espero que os haya gustado esta receta tradicional y sana, sobre todo sana y rica.
Sed felices y probad hacer este tipo de platos de pescado sanos y ricos, sobre todo ricos.