Bueno, después de haber contado la pequeña odisea para la presentación de este aperitivo, os diré que con esta receta participo como ya hace bastantes meses con el blog Cooking the Chef y siempre con un chef diferente, a veces nacionales y otras internacionales. El otro día les contaba a unas personas que todos nosotros traducimos y realizamos recetas de ese chef elegido y que muchas veces incluso tenemos que recurrir a otras personas que nos ayuden a traducir correctamente alguna cosa que no hay manera de saber o intentar hacer traducciones con Google translate que ya se sabe que no siempre es muy fiel y que no hay más remedio que pedir ayuda y que gratuitamente todos nosotros facilitamos esta labor para que las recetas sean realizables sin mucho problema y por lo menos ya estén traducidas a nuestra lengua; no os digo nada cuando son daneses, como el caso de Claus Meyer o japonés como Mitsuhisa del que no había casi ninguna receta en la red...toda una odisea. Bueno, vamos allá con ella. Os dejo también el enlace de su receta original realizada por Elena Arzak.
En el logo inferior está el enlace a todos nuestros platos. Disfrutad con ellos.
Ingredientes para 4 botellas
3 Tomates pera (grandes)
20 Frambuesas
1 Botella de Bitter
Sal
3 Cucharadas de aceite de oliva virgen extra
2 vueltas de pimienta negra
Para el tapón
1 manzana
2 Lonchas de cecina
(o jamón serrano si no la encontráis)
1 Palillo largo por botella
Preparación
- Se lavan y se cortan los tomates en cubos pequeños.
- Se meten en un vaso para batirlos o en la Thermomix, debe estar muy licuado.
- Agregamos la sal y la pimienta negra.
- Agregamos las frambuesas y batimos. Reservamos algunas para la decoración.
- Echamos el aceite de oliva virgen extra.
- Añadimos la botella pequeña de bitter (mejor fría) y mezclamos unos minutos.
Tapón de la botella
- Pelamos la manzana y cortamos un bastón de la medida que nos sirva para tapar el cuello de la botella.
- Cortamos una tira de la loncha de cecina (o jamón serrano, si no la encontráis)
- Con ella envolvemos el bastón de manzana.
- Pinchamos con el palillo y lo ponemos a modo de tapón.
- Os recomiendo que lo pongáis en una jarra en el frigorífico para que esté bien frío al servir.
- Las botellas no se meten en el frigorífico porque se quedan empañadas y muy feas. (Lo probé)
- Usad un embudo para intentar que no se manche el cuello de la botella, hacedlo muy lentamente. Yo alguna la manché inevitablemente, el cuello era muy estrecho.
- Lo ideal sería un embudo con un extremo más largo, así no salpicaría y no se mancharían los cuellos de las botellitas. Eso para la próxima vez.
- Cortar la manzana en el momento de servir para no tener que ponerle limón a la manzana y que no resulte muy ácida.
- Servidas las botellas en un recipiente de cristal con hielo quedan muy bonitas, tal como hace Elena Arzak en su receta.
En muchas situaciones, el apellido, sin querer, marca el quehacer de nuestra vida. Y sin duda, a Elena apellidarse Arzak le marcó su carrera, aunque como muy sinceramente reconoce, aunque a la cocina llegó por vocación propia y porque le apasionaba un mundo que había conocido desde la más tierna infancia. Y está claro que ese contacto continuo fue el que declinó la balanza y el que llevó a que Elena se decidiera a formar parte del equipo de Arzak.
En ella luce mucho la humildad, una humildad natural que sin duda ha heredado de sus padres pero a la que ella ha añadido su toque personal. Un toque seductor, que irradia la felicidad propia de aquel que disfruta de su trabajo; de un trabajo que ama profundamente.
Cuatro son las generaciones que la preceden y, más de un siglo de historia la que refleja el establecimiento, una historia que hay que seguir manteniendo día a día. Y ella es en estos momentos uno de los principales puntales en los que en su quehacer diario se apoya Arzak.
Elena, eligió la humildad y la constancia para su formación, sabiendo que el apellido la iba acompañar a lo largo del aprendizaje y buena parte de su vida. A ella esta situación no la agarrotó, sino que la hizo mucho más fuerte; además, por supuesto, de sentirse orgullosa de su apellido y ser santo y seña de él, su padre.
A lo largo de su trayectoria la cocina de Elena ha ido evolucionando. Incorporando nuevas influencias, nuevas técnicas, nuevos matices e ingredientes, pero siempre marcada por la alta calidad de los productos, géneros o materias primas utilizados en su elaboración y la gran personalidad que los define siempre, tanto en esta como en cada una de las temporadas anteriores. Personalidad y producto son dos conceptos inalienables de la cocina de Arzak.
Siempre ha gozado de una gran libertad a la hora de crear nuevos platos y, esa independencia le ha permitido desarrollar sus propias inquietudes, siempre basadas en la lógica y los nuevos gustos que van apareciendo en el mercado.
En los nuevos platos de temporada, Elena moldea las texturas haciéndolas irresistibles al paladar, generando una delicada jugosidad que los hace doblemente apetecibles y seductores.
Arzak sigue siendo un gran restaurante. Un punto ineludible cuando se habla de alta gastronomía, donde se cuida hasta el último de los detalles imaginables y dónde se respira un ambiente de hospitalidad y cariño en esa ciudad maravillosa que es esa ciudad del Norte de España que es San Sebastián.
Pues hasta aquí hemos llegado, espero que os haya gustado esta rica receta de un aperitivo desde luego original y mono, muy mono, "so cute", como diríamos en Instagram... muerta de risa estoy, entre la caza de la botella perfecta y la cantidad de ellas que me hacían falta, además de las tonterías que se me ocurren.
Sed felices y probad hacer estos aperitivos que desde luego no dejan indiferente a nadie.