Tenía guardada la receta hace mil años (tampoco suelo ser exagerada), entonces el otro día lo hice tal cual, me quedó muy bueno; pero había algo que no me terminaba de convencer, así que lo volví a repetir a los dos o tres días. En esta segunda ocasión le cambié las proporciones un poco y cambié las harinas, la receta que os voy a dejar está probada y os aseguro que salen perfectos. En esa primera receta de los "mil años guardada", ponía que había que hacerlo solo con harina de fuerza, unos cuatrocientos gramos, en esta receta veréis que he cambiado la proporción por doscientos gramos de fuerza, doscientos gramos de harina normal. La diferencia era la miga, estas cantidades han variado la miga, es más suave, más elástica y menos densa.
También con dulce están deliciosos, en este caso con la mermelada de naranjas amargas hecha por mi amiga Sol, en este frasquito tan coqueto, estaba buenísima.
Me alegro haber sido valiente y haberme atrevido con esta receta, sino no lo hubiera sabido nunca. Este tipo de panes normalmente te dicen que se deben hacer con harina de fuerza (de panadería), pero creo que no siempre es necesario. Este pan de hoy se parece bastante al famoso challah, pan del sabbath judío con las semillas de amapola por encima y con pocas diferencias, como la levadura que se usa la seca, que lleva mantequilla en vez de aceite como este y que tiene menos cantidad de agua, el resto casi igual. Este challah está también en la lista de panes que tengo que hacer, sí o sí.
Cuando los coloquéis encima del papel para el levado y luego así mismo se hornearan, los tenéis que poner separados pues a mí algunos se me unieron (como se puede ver en la imagen superior) y luego no quedan tan bonitos. No pasa nada; pero hay que intentar que no se unan en el horno.
Ingredientes
16 gramos de Levadura fresca
250 ml. de Agua
200 gramos de harina de fuerza (de panadería)
200 gramos de harina normal de trigo
40 gramos de harina normal (más de la cantidad inicial para el amasado por si hiciera falta)
40 gramos de harina normal (más de la cantidad inicial para el amasado por si hiciera falta)
2 huevos grandes
1 1/2 cucharada de miel
50 ml. de Aceite de oliva virgen
1 1/2 cucharadita pequeña de sal fina
Semillas de amapola o sésamo (o las dos)
Glaseado
Masa
- Lo primero es pesar la levadura y echarla en un poco del agua que tenemos medida.
- El agua debe estar a 37 grados, es decir a nuestra temperatura, ya que si está caliente inhibe la fermentación de la levadura y si está fría tardará mucho tiempo en el proceso.
- Se diluye bien la levadura en ese poco de agua.
- Se deja en un sitio templado unos 5 minutos hasta que se le vean unas burbujas en la superficie.
- Se pone en una amasadora o en un recipiente amplio, la harina y se mezcla con la sal.
- Se añaden los huevos y se mezcla un poco con una cuchara de madera o en la máquina.
- Añadimos la miel, mezclamos un poco, ponemos el aceite de oliva y seguimos mezclando.
- Echamos el agua poco a poco, si veis que queda seca se puede añadir un poco más, no hacerlo hasta que no esté un poco mezclada. Es una masa un poco pegajosa, luego añadimos al amasar un poco más de harina si hiciese falta.
- Amasamos unos tres minutos y volcamos en un recipiente o en el que lo hayamos hecho y lo dejamos levar, tapado con un papel film. El recipiente tiene que ser grande, (pues a mí se me salió por arriba cual fuente, menos mal que estaba sobre una bandeja pequeña de horno).
- Dejamos que repose la masa hasta que doble el volumen en unos 40/50 minutos en un lugar cálido de nuestra cocina. (yo lo meto en el horno, apagado y frío, claro para que no esté expuesto a corrientes de aire y leve antes).
Amasado
- Con las manos y dentro del propio recipiente, aplastamos suavemente la masa ya levada para degasificarla.
- Volcamos la masa en una mesa enharinada y amasamos ligeramente, boleando la masa.
- Echamos más harina si hiciese falta, harina de la normal, no la de fuerza.
- Cuando veamos que ya no se nos pega en las manos estará lista para cortarla en trozos iguales de unos 30 gramos aproximadamente, la masa es muy suave.
- Cubrimos la bandeja del horno con papel vegetal.
- Vamos haciendo tiras largas tipo chorizos de unos 20 centímetros.
- Y hacemos un nudo (el mismo que cuando hacemos un lazo).
- Los extremos, va uno hacia arriba y se mete en el centro y el otro hacia abajo y se esconde en la base de este pan. Muy sencillo.
Horneado
- Se van colocando encima del papel vegetal y bastante separados, pues crecen mucho en este segundo levado.
- Cuando los tengamos todos ya en la bandeja los pincelamos con una mezcla de un huevo y una cucharada de leche.
- Por encima les ponemos las semillas, la cantidad a gusto de cada uno, se pueden poner los dos tipos o mitad de sésamo y la otra mitad de panes de amapola.
- Se dejan levar sin cubrir esta segunda vez.
- Cuando hayan doblado el tamaño ya en la bandeja del horno, tardan una hora aproximadamente, los horneamos, unos 10 minutos a 200 grados.
- Se sacan del horno y los colocamos en una rejilla para que se enfríen.
Sed felices y probad hacer cosas sana y ricas.