martes, 24 de diciembre de 2019

Feliz Navidad

Chicos, este post de hoy, Nochebuena y mañana ya Navidad es solo para felicitaros de corazón y desearos unas fiestas felices llenas de tranquilidad y buenos propósitos. He llegado a la conclusión este año (ya era hora) que lo más importante para desear a los amigos y a las personas cercanas y queridas es tiempo, tiempo para hacer realidad sus sueños, tiempo para disfrutar de las cosas que nos gustan, tiempo para amar, tiempo para vivir, tiempo para crecer, creo que es lo mejor que nos puede suceder; aprovechar el tiempo con ganas y decir que también el tiempo lo cura todo o casi todo, el tiempo nos pone también en el sitio correcto la mayoría de las veces, nos ayuda a organizarnos, es nuestro aliado y nuestro peor amigo, por eso hay que aprovecharlo y no tener pereza, que yo personalmente lucho por no tenerla, a veces la venzo y a veces me vence ella a mí, va por temporadas y momentos. 

Por todo esto, os deseo lo mejor y que la vida nos dé mucho tiempo para disfrutar estas fiestas entrañables y llenas de recuerdos de nuestra infancia o de los mejores momentos vividos en ellas con los que están o los que ya por desgracia no, aunque siempre están en nuestra memoria y en nuestros corazones. Por todos.
Me voy unos días de vacaciones, porque no puedo con todo lo que tengo que hacer todavía de preparativos, compras, obra incluida en mi casa que terminó por fortuna hace muy poco y preparar las cosas habituales en estas fechas y con invitados especiales y ya sabéis la dedicación a nuestro pequeño nieto y sus papás que vienen a pasar estas fiestas y para hacerlo mal prefiero ser sincera y retirarme unos días del blog, así que nos veremos muy prontito. Hasta la vuelta.

Feliz Navidad. De corazón.  Sed felices.

martes, 17 de diciembre de 2019

Magdalenas fáciles (con copete)

En estas fiestas que nos llegan ya sabemos que hay gran variedad de dulces tradicionales y típicos y entre unos y otros todos una delicia; pero no solo de turrones y dulces deliciosos se alimenta el hombre, también algo sencillo para desayunar o merendar o simplemente un capricho entre comidas, que ya sé que no debemos, pero a veces no hay más remedio que hacer una parada y un capricho a tiempo nos puede venir de perlas. Hago a menudo este tipo de pastelería casera para el día a día y estas en especial me encantan ya que se hacen en un rato y siempre salen muy bien. Al editar las fotografías me di cuenta que dejé puesto en la taza una pieza de punto que se me ocurrió hacer de un poco de hilo grueso que me había sobrado para poder agarrar el asa de la taza esta que se calienta como un demonio, luego pensé que podía quedar bien, pero seguro que al verlas podríais pensar, qué loca está Patty ponerle semejante agarrador a la taza de té... así que os lo he contado, no sé si os pasará lo mismo...pero es imposible coger la taza y no abrasarte. 

También os cuento que me he reído mucho al ponerles el título, en Argentina y otros países hispanoamericanos se dice copete a esta montañita que le sale a las pasteles, pero no estaba segura si se iba a entender bien, total lo busqué en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua y dice de esto: " 6. m. En los sorbetes y bebidas heladas, colmo que tienen los vasos. 7. m. cima (‖ punto más alto de los montes)" y en el punto 10. m. en Argentina y Uruguay "Espuma o yerba seca que corona la boca del mate bien cebado";  así que lo he dejado, pues se puede entender como la parte alta de una montaña o de una magdalena...ja, ja, ja.

En fin, voy al grano, estas magdalenas con copete, mucho copete... son sencillas de hacer y no tienen casi ningún secreto; solo el tiempo y la temperatura del horno, y dejar reposar la masa en frío una hora y basta, nada más, solo ganas de comerlas y mojarlas. Os dejo otras magdalenas, las francesas que hice hace tiempo y que son básicamene iguales a estas aunque hechas en otros moldes y la diferencia es el tiempo. Mi amiga Anna de Recetas Fáciles las hizo y de ahí esta nueva versión con copete, os dejo aquí el enlace a sus magdalenas que las titula magdalenas de mantequilla.
magdalenas-caseras-sencillas-de-hacer

magdalenas-caseras-altas
Las cápsulas de magdalenas son de Ikea, (superbaratas y buenas) he comprado tantos paquetes que creo que el año que viene  podré seguir usándolas Soy una exagerada. No tengo remedio.  

Otra vez me marca superbaratas como error ortográfico, me tienen harta estos correctores que no saben escribir está claro, qué no, señores... de blogger y de Apple, por favor, superhéroe, superviviente, superrico... todo junto, en fin. Allá ellos y sus horrores ortográficos... Paciencia. 
magdalenas-altas-con-copete

magdalenas-con-copete
 El interior de las magdalenas es blanco y tierno. Duran bastante si antes no se las comen.
Interior-de-magdalenas-caseras-con-copete
Ingredientes 
(12 magdalenas)

4 huevos
120 gramos de azúcar
60 ml de leche
70 ml . Aceite de girasol
110 gramos de Mantequilla
200 gramos de Harina
10 gramos de Levadura en polvo
Una pizca de sal 
Unas gotas de esencia de vainilla
Un poco de azúcar para espolvorear

magdalenas-dentro-del-horno
Esta fotografía es fea, lo sé, pero aquí están dentro del horno y para que veáis lo que subieron.

Preparación
  • Se baten los huevos con el azúcar hasta que espumen.
  • Se añade la mantequilla derretida y el aceite de girasol.
  • Ponemos la leche y seguimos mezclando.
  • En un recipiente mezclamos la harina la levadura y la sal.
  • Añadimos esta mezcla a la principal con un tamizador, en caso que no se tenga uno a mano se pone la harina sobre un colador de malla fina y vamos incorporando la harina poco a poco, mezclando despacio, hasta que no quede ningún grumo.
  • Ahora guardamos dentro del frigorífico esta mezcla durante una hora, debe estar muy fría cuando la repartamos dentro de los moldes.
  • En una bandeja especial de magdalenas (con compartimentos) añadimos unas cápsulas de papel y las llenamos a 3/4 de su capacidad.
  • Espolvoreamos un poco de azúcar por encima de cada una de las magdalenas.
  • Introducimos en horno caliente a 220 grados durante 10 minutos y bajamos la temperatura a 200 grados y las dejamos otros 5 minutos más.
  • De esta manera seguirán subiendo hasta alcanzar este copete que veis en las magdalenas.
  • Se sacan del horno y se dejan enfriar en una rejilla y una vez frías se guardan en una lata o envase hermético. 
Nada más, espero que os hayan gustado y os salgan tan ricas y altas como estas que os muestro hoy con el copete.
Sed felices y probad hacer cosas caseras y sencillas. feliz semana.


martes, 10 de diciembre de 2019

Panna cotta de turrón de Jijona

Una receta de postre de cuchara de los más famosos no solo en Italia sino también en el resto del mundo; estupenda receta para hacer en estas fechas navideñas o hasta que el turrón de Jijona lo sigamos teniendo en casa. Yo suelo al final de las fiestas comprar unas tabletas que duran mucho pues vienen empaquetadas al vacío y en verano me encanta de vez en cuando adelantar los sabores de la Navidad y sobre todo de este turrón que es mi preferido y mi perdición. 

Lo bueno de esta panna cotta es que se hace en un momento y luego cuando está fría se guarda en el frigorífico y listo. Se puede servir en vasitos individuales o en copas pequeñas y quedan muy bonitos y navideños. Yo en esta ocasión los tuve que poner en vasitos bajos pues casi todos mis vasos monos y tarritos están olvidados en el campo...me da una rabia no acordarme de traerme estas cosas y que solo cuando las necesito me acuerdo de repente que todos ellos siguen tan ricamente de vacaciones. Bueno, lo importante es que salió muy buena. Nos encantó y mis invitados se quedaron encantados. No utilicé azúcar porque ya el turrón lo contiene y la verdad es que estaba muy bien de dulce. El que sea goloso deberá añadirle por lo menos treinta o cuarenta gramos, aunque ya os digo que es opcional. Lo bueno de estos postres servidos individuales es que los tienes preparados desde el día anterior para que estén bien fríos y listos para degustar y no estés con las prisas de montar a última hora, solo se le añade el turrón desmigado por encima en el momento de servir. Las prisas nunca son buenas para nada y menos en estas fechas de tanta celebración y muy seguidas todas. Este postre se puede desmoldar o servir directamente en los vasos o copas, eso ya a gusto de cada cocinero.
Dulce-de-cuchara-tradicional-italiano

Dulce-tradicional-italiano
Postre-de-cuchara-italiano-con-sabor-a-turrón-de-almendras
Turrón-de-Jijona
Ingredientes 
(6 vasos pequeños)

400 ml. de Nata líquida (35% de grasa)
8 gramos de Gelatina (Unas 4 láminas)
150 ml. de Leche
 30 a 50 gramos de Azúcar (Opcional)
300 gramos de turrón de Jijona
Agua mineral (para hidratar las hojas de gelatina)

Preparación
  • Se ponen a hidratar las hojas de gelatina en agua fría unos 10 minutos aproximadamente.
  • Se calienta la nata y la leche.
  • Añadimos el azúcar aunque es opcional, de 30 a 50 gramos y revolvemos bien.
  • Se añaden las hojas de gelatina bien escurridas con la mano.
  • Se remueve para que se integren bien y no queden grumos.
  • Cuando comience a hervir se retira del fuego. 
  • Ponemos parte del turrón de Jijona y trituramos ligeramente o con batidora de brazo o con la Thermomix.
  • Reservamos un poco de turrón para decorar los vasitos.
  • Se dejan enfriar y una vez fríos se meten en el frigorífico un mínimos de tres horas. Mejor siempre de un día para otro.
  • Este postre se puede desmoldar o servir en los vasos o copas. 
  • Para desmoldar solo pasar un cuchillo fino y pequeño por el borde y sumergirlos brevemente en agua caliente, al darles la vuelta saldrán sin problema.
Nota: En vasitos, tarros de cristal o copas quedan muy bonitos presentados. También a veces lo he hecho en vasitos para helado de papel para las grandes "aglomeraciones" de mi casa sobre todo en verano...ja, ja, ja.

Sed felices y probad hacer cosas sanas y ricas para estas fiestas navideñas que ya están pisándonos los talones. 

jueves, 5 de diciembre de 2019

Carrilleras de cerdo ibérico en salsa

Otra vez estamos aquí con una receta de un chef que los que seguís mi blog ya sabéis que todos los días cinco del mes publicamos una receta de un chef propuesto por el blog de cocina "Cooking the chef", casi nunca me lo he perdido salvo que por causas mayores no haya podido hacerlo. Este mes era nuestro querido chef español José Andrés, que reside desde hace muchos años en Washington con su familia y haciendo cocina de la buena y sobre todo siendo solidario, ya que ha creado unas cocinas para grandes caos, catástrofes, e incluso cuando se paralizan los sueldos de los funcionarios y se pone a ayudar como el primero. Una persona magnífica. Yo creí que este mes no podría participar pues entre que volvimos muy tarde el campo y encima nos fuimos a ver a nuestro chiquitito a Tarragona... se ponían las cosas muy complicadas para hacer la receta y hacer fotos y todo lo demás... con lo de attrezzo que se necesita para hacer algo "mono". 

En fin, os cuento. Un buen amigo nuestro nos regaló ocho carrilleras ibéricas maravillosas y me las llevé a Tarragona para hacerlas con esta receta, así que "maté dos pájaros de un tiro", uno, se los comieron y les encantaron y dos, tenía mi receta aunque las fotos no estaba segura de poder hacerlas bien. Algo os enseñaré, lo que buenamente pude hacer. Con las prisas se me olvidó hacer las fotos de las carrilleras en crudo, eran espectaculares, no demasiado grandes y llena de pequeñas vetas de grasa (tocino) inflitradas en la carne, con lo que le daba un sabor único. Lo bueno es bueno siempre. Esta receta es muy sencilla, trabajando con productos de primera calidad es difícil que salga algo feo. 
carrilleras-con-patatas

carrilleras-ibéricas-con-guarnición-de-patatas

carrilleras-de-cerdo-ibérico
Aquí las podéis ver en la fuente en las que las llevé a la mesa.  
carrilleras-en-la-fuente-con-salsa
Las carrilleras ya enharinadas y selladas antes de ponerlas en la salsa
carrilleras-ya-selladas
Fijaos la única foto inferior que es la única que hice de la preparación, mi nieto de dos años subido en su banco de aprendizaje (una maravilla), a la altura de la encimera de la cocina, quería meter las manos en la harina, toda una tentación para cualquier pequeño y entonces no se me ocurre nada mejor que me enharinara él, sí "él" las ocho carrilleras. Fue muy divertido, cuando ya había hecho un lado yo le decía que había que darle la vuelta en el plato de harina, hasta que le enseñé y ya lo hacía el solo. Enharinó las ocho. Luego yo las sacudí hasta dejar la harina justa, casi sin que se diera cuenta ya que él también quería sacudir...Oh my God! Si me hubiese ayudado a sacudir...no lo quiero ni imaginar, habríamos acabado los dos con la cara de las japonesas tradicionales y sus maquillajes de polvo blanco.

Fijaos en el detalle que acabo de ver en la fotografía, el chupete celeste en la encimera justo encima del plato de harina...Le dije que se quitara el chupete y al ver el panorama que tenía por delante se lo quitó sin rechistar y allí lo dejamos. 

Y esas manitas llenas de harina  (y el suelo y la encimera y la cara y el banco...todo estaba enharinado); pero así se aprende y yo me reí un montón, por eso apenas pude hacer fotografías; pero sin duda valió la pena. 
Enharinando-las-carrilleras

En la imagen del blog Cooking the chef, tenéis el enlace a todos las recetas con las que hemos participado cocinando recetas del chef de este mes.

José Andrés, el chef español nacido en Asturias y ahora ciudadano del mundo
José-Andrés-chef
Nacido en Mieres, Asturias, el 13 de julio de 1969, su familia se trasladó a Barcelona cuando él tenía cinco años. Ya con doce años preparaba platos de cocina para toda su familia y con tan solo quince años entró en la Escuela de Restauración y Hostelería. En aquella etapa compaginó los estudios reglados con el aprendizaje en el restaurante El Bulli, que ya era dirigido entonces por Ferran Adrià.

Después de terminar sus estudios profesionales, con 21 años, decidió irse a Estados Unidos. En Nueva York, Andrés comenzó a trabajar en el restaurante El Dorado Petit, que cerró por problemas de gestión dos años después. Entonces José se marchó a la capital estadounidense, Washington, donde se instaló y sigue viviendo. Actualmente, Andrés supervisa varios restaurantes de gran prestigio y éxito en Washington, los cuales tienen en común las especialidades latinas en general y españolas en particular.

El Restaurante Jaleo fue el primero en introducir la cocina de tapas en Estados Unidos. José Andrés también supervisa las especialidades de Café Atlántico, inspiradas en la cocina de Hispanoamérica; de Zaytinya, de cocina griega-turca; de Oyamel, de cocina mexicana tradicional; y Minibar by José Andrés, de cocina de autor y en espacio reducido.

Entre 2005 y 2007 dirigió y presentó un programa semanal de cocina en Televisión Española. En noviembre de 2013 obtuvo la nacionalidad estadounidense, después de haber residido y trabajado en el país durante 23 años.​

Ingredientes

 8 Carrilleras de cerdo (en mi caso ibéricas)
2 Zanahorias grandes 
1 Cebolla grande
2 Dientes de ajo
250 ml. de Vino tinto (en mi caso Rioja crianza)
Harina de trigo (para enharinarlas)
60 ml. de Aceite de oliva virgen extra 
Sal y pimienta negra
Perejil para adornar el plato

Patatas de guarnición
sal 
Mantequilla y aceite de oliva virgen extra para rehogarlas
Hierbas (opcional)

Preparación
  • Lo primero limpiarlas de telillas o trocitos de grasa.
  • Se lavan y se ponen en un colador. 
  • Se les pone sal y una pizca de pimienta negra.
  • Se pasan por harina y se sacuden para que no la lleven en exceso.
  • Con el aceite de oliva virgen extra ya caliente vamos poniendo de dos en dos para que frían bien, dice José Andrés que si ponemos mucha cantidad en la olla para freírlas acaban casi como si estuviesen hervidas. Hay que dorarlas de poco en poco para mantener el aceite a temperatura alta. Se trata de sellarlas y darles color.
  • Se van sellando de dos en dos hasta terminarlas y apartamos en un recipiente hondo para no perder los jugos.
  • En ese mismo aceite de oliva virgen extra en el que las hemos sellado las carrilleras echamos la cebolla cortada (da igual el tamaño, pues la salsa va pasada o triturada) y los dientes de ajo.
  • Cuando tenga algo de color añadimos las zanahorias cortadas en trozos o en rodajas. 
  • Cuando esté la verdura pochada se vuelve a colocar la carne dentro de la olla y añadimos el vino tinto.  
  • Revolvemos, dejamos que evapore el alcohol y añadimos un poco de caldo o de agua. Yo añadí un vaso y medio de agua mineral. 
  • Se dejan cocinar a fuego lento unos 20 minutos. Hay que comprobar antes de retirar del fuego. 
  • Si están listas las sacamos de la salsa y pasamos la salsa por la batidora o por un pasapuré o por un chino. Yo lo hice en batidora eléctrica, era más sencillo.
  • Volvemos a poner en la olla las carrilleras y cubrimos con la salsa hasta que se sirvan calientes otra vez.
Patatas hervidas y rehogadas
  • Las patatas las herví con piel. Unos 20 minutos. 
  • No encontré patatas de guarnición, así que las hice de las grandes y luego ya templadas las corté en trozos grandes y las pelé.
  •  Las patatas una vez cortadas se pasan por una sartén amplia con mantequilla y una cucharada de aceite (para que no se me quemara la mantequilla), cuando estaba caliente la sartén agregué las patatas.
  • Al ponerlas en la fuente de servir les añadí pimienta molida y sal.

Nada más, muy fáciles de hacer con esta sencilla receta de toda la vida de la cocina auténtica y bien hecha de nuestro chef de este mes, el cocinero español y ahora ya internacional, José Andrés. 

Sed felices y probad hacer cosas sana y ricas.

martes, 3 de diciembre de 2019

Marrón Glacé

Otro año más y ya van cuatro seguidos los que estamos aquí con el Parrandón Navideño de mi amiga Angélica, del blog Bizcochos y Sancochos que es quien organiza esta fiesta de recetas navideñas, que este año se titula, "Cocina Navideña del Mundo". Somos muchos los blogs los que participamos en esta cita en los  primeros días de diciembre de cada año, cada vez somos más sin duda y hay unas recetas maravillosas. Os voy a dejar los parrandones en los que he participado y desde ahí podréis enlazar con los parrandones de aquellos años y ver todas las propuestas.  Este año la propuesta que nos hacía Angélica era la de participar con una receta navideña típica de un país que no fuese el tuyo propio (a mí no me dejó participar con Italia... ja, ja, ja, decía que sería hacer un poco de trampas, me reí mucho, pues era en parte verdad). Tengo tanta relación con la cocina italiana que no hubiese sido tan complicado, así que quería buscar algo que me gustase, que no lo tuviese ya en mi blog y que no lo hubiese hecho jamás, así que de estas premisas surgió la idea de estos marrón glacé de origen francés, aunque luego se extendieron por Italia y como no, por España, Suiza y ahora es raro el país que en la época navideña no los tengan caseros en las confiterías o industriales en tarros de cristal, aunque en este caso, como las anchoas, hay que hacerlo obligatoriamente a mano y llevan horas de trabajo. 
Los marrón glacé son bastantes caros y ahora he sabido el porqué, ya que hay que pelar las castañas con amor y paciencia, cocinarlas solo un minuto posteriormente, es decir, sesenta segundos cada día a la misma hora (aproximadamente) durante seis días seguidos. Nada más. No es tan complicado, como sí la dedicación que te exigen estas castañas. Os sigo contando, las primeras castañas que compré eran buenas, ricas de sabor, pero pequeñas. No me gustó el resultado (aunque se las comieron encantados) yo no les hice ni fotografías, sabía que era capaz de con un mejor producto sacar un mejor resultado, (yo siempre tan optimista) y por fin salió una marrón glacé completo, grande, tiernos, suficientemente marrones y eso lo pude conseguir yendo al mercado de nuevo y comprando las castañas gallegas más grandes y más caras que me aseguraran lo que yo pretendía hacer, de todas maneras me advirtieron que la falta de lluvias en Galicia había perjudicado a las castañas, que eran considerablemente más pequeñas que otros años. Estas segundas salieron deliciosas y así fue como lo había planeado. "Mi santo" ya me está diciendo que cercano a las navidades tengo que hacer más marrón glacé que le encantaron... Se las comió encantado de la vida aunque había algunas rotas y poco vistosas de las primeras que hice, en un momento tenía dos recipientes con etiquetas para saber los días de cada uno de los recipientes de las castañas. Vamos, que no se merecieron las primeras ni siquiera unas tristes fotografías. Era mejor olvidarlas, pobres. 

Os dejo en la imagen del Parrandón Navideño 2019 el enlace para que podáis visitar el resto de recetas.



A pesar de este nombre tan fino y tan francés de "Marrón glacé" (por favor intentad el acento francés) se esconden unas castañas maravillosas, una forma muy sutil de convertir un fruto con pinchos en algo suave y delicado como estos marrones glacé que os muestro y que os daré la receta para que os salgan perfectos. Lo importante es poder pelar bien las castañas y ya con esto tendremos más de la mitad del trabajo hecho. 

En la imagen inferior ya las he pelado completamente y estarán envueltas hasta que las meta por primera vez en el almíbar. Podéis ver que no tienen ni una chispa de piel por ningún lado. 

¿Cómo pelamos las castañas?

  • En la imagen inferior os dejo lo mejor que he podido explicarlo el trayecto del cuchillo para hacerles el corte de la piel marrón de las castañas sin llegar a profundizar pues se nos romperían al cocerlas en el almíbar durante los siguientes seis días.
  • Se empieza el corte por la parte plana de la castaña desde el punto 1 hasta el punto 2 en dirección hacia la parte abombada de la castaña. Ya que al hacerle el corte por la "barriga" de la castaña al cocerlas al principio esa piel se expande y es lo que nos permite ver ya el interior de la castaña. 
  • Se meten las castañas en una olla con agua hirviendo y a partir de que vuelva a hervir el agua se cuentan dos minutos y se sacan. 
  • Se pasan directamente las castañas a una sartén caliente y se colocan con el corte (la barriga) hacia arriba. Se tapan para que terminen de abrirse con el calor. El marrón glacé se hace con la castaña cruda. Solo bien pelada y nada más.
  • Ya las podemos pelar bien. Quitarle las dos pieles con las manos después de haber pasado por la sartén caliente ya se pelan rápido. Yo utilicé las manos para lo más grande y una puntilla (cuchillo muy pequeño) de cocina para delicadamente quitar toda la piel adherida a la carne amarillita de la castaña. 
En esta imagen superior ya se ve la parte central de la castaña después de pasarlas por la sartén bien caliente.
  • Hay que pelarlas en caliente.
  • Las pieles finas que se quedan entre los pliegues de la propia castaña se utiliza para retirarlas un alfiler o una pinza de depilar así al quitarla no se quiebra la castaña. ¿Me he explicado? Pues si no lo he hecho bien, me escribís y por teléfono os lo vuelvo a explicar de "viva voce". No me he quedado muy convencida.
Ingredientes para hacer el marrón glacé

Siempre se calcula el peso de castañas, igual cantidad de azúcar y el doble de cantidad de agua mineral. 

Ejemplo 
400 gramos de castañas ya limpias y sin piel
400 gramos de azúcar
800 gramos de Agua mineral

Preparación
  • Para empezar con el almíbar se pone a hervir el agua mineral y se revuelve bien hasta que se haya disuelto el azúcar unos 5 minutos y se echan las castañas rotas también que alguna hay siempre y las enteras.
  • Cuando vuelve a hervir el almíbar se las deja cocinar un minuto y se retiran del fuego. 
  • Se dejan enfriar en el propio recipiente donde las hemos cocinado. 
  • Cuando está frío el almíbar se mete el recipiente (con las castañas dentro) en el frigorífico tapado con papel film. 
  • Al día siguiente se quitan las castañas con cuidado del almíbar (yo lo hice con un guante de cirujano) y se pone a hervir el almíbar unos dos o tres minutos y se echan las castañas, cuando vuelva a hervir se deja un minuto, sesenta segundos por reloj. Se deja enfriar y se repite la operación... se tapan con film y al frigorífico.
  • Este proceso se hace 6 días seguidos.
  • Al final el almíbar casi se convierte en miel, por el color aunque no por el sabor.
  • Al terminar los seis días del proceso se dejan enfiar por última vez y se colocan en una rejilla para que escurran y se enfríen. 
  • Se guardan en un Tuperware o algo así y para servir se colocan en unas cápsulas pequeñas y si quieres le espolvoreas un poco de azúcar glas.
Nada más, se van poniendo oscuras con las diferentes cocciones de esos seis días seguidos y la oxidación. Yo al colocarlas dentro de las cápsulas de papel le puse un espolvoreado rápido de azúcar glas. Es opcional, pero quedan más bonitas.

Espero que os queden ricas si os atrevéis a prepararlas. Ya os digo que lo peor es pelarlas y este método es infalible. Lo demás para hacer el marrón glacé es solo atenderlas cinco minutos al día.

Os dejo mis anteriores participaciones en este Parrandón Navideño en las que ha sido un placer hacer y decidir estas recetas.


Sed felices y probad hacer estas cosas diferentes y raras que no las solemos cocinar casi nunca, por no decir jamás.

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