Es una tarta fácil, muy sencilla de hacer y gusta mucho. Estas tartas sin horno son ideales para los "novatos" pues nunca nos quedan mal, solo que hay que servirlas bien frías y debemos meterlas en el frigorífico unas horas antes de probar nuestra estupenda tarta de chocolate blanco sin horno.
Nos serviría muy bien para una tarta de cumpleaños con todas las velitas decorándola. No es nada empalagosa y el chocolate nos gusta a casi todos.
150 gramos de chocolate blanco
200 cc. de Leche
200 cc. de Nata
150 gramos de Queso cremoso tipo Philadelfia
1 sobre de gelatina neutra (Royal)
18 galletas maría (base)
50 gramos de Mantequilla (base)
Fresas para adornar
Sirope de chocolate (Opcional)
Trituramos las galletas con la batidora hasta que nos quede un polvo de galleta. Derretimos la mantequilla y mezclamos con las galletas para colocarlo en la base del molde.Apretamos la base de galletas con la parte de atrás de una cuchara grande, para que nos quede bien lisa.
En una olla pequeña calentamos la leche y le añadimos el chocolate blanco en trozos pequeños removemos hasta que se haya disuelto.
Ahora le añadimos el queso cremoso, la nata y la gelatina, y volvemos a poner al fuego, removiendo para que se disuelva todo y no nos quede ni un grumo. No tiene que hervir.
Echamos esta mezcla muy despacio para que no se nos rompa la base de galletas. El mejor molde para esta tarta son los desmontables para poder desmoldarla sin problema.
Se deja enfriar y se mete en el frigorífico. Hacerla mejor el día anterior a servirla.
Se decora con unas fresas y se se quiere con un poco de sirope de chocolate.
Os dejo el Facebook de La Taza de Loza por si queréis echar un vistazo.
Hasta la próxima y sobre todo sed felices y haced muchos postres buenos.
Que deliciosa se ve, muy apropiada para esta ocasión. Feliz día de San Valentín!
ResponderEliminarGracias Angélica, estaba deliciosa y es de las que no te dan sorpresas. Siempre sale bien. Besos
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